Esta conmemoración se estableció
en el transcurso del "1er. Congreso Internacional de Afectados por las
Represas", realizado entre el 11 y el 14 de Marzo de 1997, en la ciudad de
Curitiba (Brasil).
Estas construcciones (represas)
han hecho surgir una nueva problemática socio-ambiental, originada en la acción
antrópica y que pone en riesgo hábitat y ecosistemas sensibles, condenando a
pueblos enteros al desarraigo y la pérdida de identidad cultural.
En la actualidad importantes
instituciones internacionales, han aceptado que estas megaobras, además de los
cuantiosos recursos económicos que insumen, resultan de una negatividad extrema
en lo que se refiere a la destrucción de valiosas tierras fértiles, la
desaparición de zonas de alto valor histórico-cultural o paisajísticas y la
dislocación de comunidades enteras, que engrosan la lista de refugiados
ambientales, radicándose en las villas miserias de las grandes ciudades,
agravando el problema de las megalópolis.
Basta recordar los desastres en
el río Nilo y la desertificación de sus riveras, causados por la presa de
Asuán, entre otros malos ejemplos.
Como bien lo ha expuesto el
Programa de la N.U.
para el Desarrollo (PNUD): "Los diques hidroeléctricos en gran escala han
resultado la causa de la destrucción de valiosas tierras agrícolas, la
dislocación de comunidades enteras y la introducción de enfermedades
transmitidas por el agua".
Esta posición ha sido reafirmada
por la Declaración
de Curitiba (97) y la de San José de Costa Rica (99), cuando dicen: "las
represas expulsan a la gente de sus hogares, inundan tierras fértiles y
bosques, destruyen la pesca y el abastecimiento de agua limpia, provocan la
desintegración cultural y el empobrecimiento de las comunidades locales".
Artículo modificado del original de: Ricardo Luis
Mascheroni. 2005.
http://www.elsantafesino.com/sociedad/2005/03/18/3416,
http://www.elsantafesino.com/sociedad/2005/03/18/3416,
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