04 marzo, 2013

22 de marzo DÍA MUNDIAL DEL AGUA




En su resolución 47/193 de 22 de diciembre de 1992, la Asamblea General declaró que el Día Mundial del Agua se celebraría el 22 de marzo de cada año a partir de 1993.
La fecha es una ocasión única para recordar a todos que mediante esfuerzos concretos para proveer agua potable y concientizando más al mundo sobre los problemas y las soluciones en este campo, se puede ayudar para que las cosas sean distintas.
Mediante la resolución 58/217 de 23 de diciembre de 2003, la Asamblea General proclamó el período de 2005 a 2015 Decenio Internacional para la Acción, "El agua, fuente de vida", que dará comienzo el 22 de marzo de 2005, Día Mundial del Agua.
El agua es esencial para la vida y, sin embargo, es escasa para millones de personas en todo el mundo. Muchos millones de niños mueren a diario por enfermedades transmitidas por el agua y la sequía azota periódicamente algunos de los países más pobres del planeta.
Se han producido avances considerables, pero todavía queda una gran labor por hacer. Por eso, este año el Día Mundial del Agua marca también el comienzo del Decenio "El agua, fuente de vida". Nuestro objetivo es alcanzar las metas acordadas internacionalmente para 2015 en el ámbito del agua y el saneamiento y sentar las bases para seguir avanzando en los años siguientes.
Asimismo, reafirmemos nuestro compromiso de ordenar mejor los recursos hídricos mundiales, que son nuestro único medio de supervivencia y de conseguir un desarrollo sostenible en el siglo XXI.

¿En qué consiste la cooperación en la esfera del agua? 

Contrariamente a la creencia popular, los ejemplos exitosos de cooperación son más numerosos que los conflictos causados por el agua. El Tratado sobre las aguas del Indo (Indus Water Treaty), firmado por Pakistán y la India en 1960, ha sobrevivido a tres grandes conflictos y continúa vigente hoy en día.
El potencial de cooperación es inmenso y sus beneficios, ya sean económicos, sociales o medioambientales, son considerables. Todos los sistemas de distribución de agua son complejos, tanto los sistemas gestionados a nivel local o nacional como las cuencas hidrográficas transfronterizas o los sistemas que dependen de los ciclos naturales del agua. De hecho, manejar estos sistemas requiere la participación de muchas partes interesadas: consumidores, gestores, expertos y encargados de la toma de decisiones.
La cooperación en la esfera del agua es crucial no sólo para garantizar una distribución equitativa de este recurso fundamental, sino también para promover las relaciones pacíficas dentro y entre las diferentes poblaciones. A nivel gubernamental, esta cooperación puede traducirse en colaboración entre diferentes ministerios. A nivel local, los usuarios pueden cooperar a través de las asociaciones de consumidores. Es posible, además, crear órganos de gestión conjunta para administrar recursos compartidos por varios países. Y a nivel internacional, varios organismos de la ONU pueden trabajar juntos para promover la gestión sostenible del agua en todo el planeta.
Los mecanismos de cooperación varían en función de la naturaleza de las estructuras de toma de decisiones, los niveles de participación, las normas y los modos de regulación. Pueden existir acuerdos informales o instituciones establecidas u otros que adoptan la forma de simples intercambios de información o mecanismos de gestión conjuntos.




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