El 5 de octubre de 1937, reunidos en Rosario, provincia de
Santa Fe, los directivos de la
Liga Naval Argentina, dando término a sus actividades anuales
firman una resolución por la cual instituyen el 1° de octubre de cada año como
Día del Mar y de la
Riqueza Pesquera.
Con una de las plataformas submarinas más extensas y ricas
del mundo, la Argentina
no puede vivir de espaldas al mar. Nuestros mares son muy valiosos, cerca del
90% de su comercio se hace por vía marítima, las aguas son ricas en millones de
toneladas de especies ictícolas comerciables, los fondos poseen nódulos poli
metálicos y yacimientos de petróleo y gas, bajo el suelo de la Plataforma.
La actividad pesquera en la Argentina se concentra
en la pesca oceánica, es decir, la practicada en el océano Atlántico. Los otros
tipos de pesca, fluvial y lacustre, (dorados en el Paraná, pejerreyes en
Chascomús o truchas en ríos patagónicos), por su escasa cuantía, están fuera de
mención, ya se trate de pesca comercial o deportiva.
El Mar Argentino tiene bancos pesqueros muy importantes
debido a que se encuentra sobre la plataforma continental; cuenta con
corrientes que surgen desde la profundidad, oxigenan las aguas y aportan
nutrientes que favorecen la vida; presenta corrientes oceánicas de distinta
temperatura y aguas costeras con temperatura, salinidad y dinámica distinta a
la de las corrientes. Por lo tanto, es un área de concentración de especies marinas
particularmente valiosa, ya que se trata de un hábitat ideal para su
reproducción y persistencia numérica.
La producción pesquera argentina se ha mantenido
relativamente constante en los últimos diez años. La captura efectuada y
desembarcada en puertos argentinos superó 1.100.000 toneladas en 1998, cifra
que no incluye los volúmenes corres, pendientes a barcos extranjeros. De dicha
producción alrededor del 70% pertenece a pescados y el resto, a mariscos.
La mayor parte de la flota la constituyen barcos dedicados
fundamentalmente a la pesca de merluza. En las últimas décadas se han
incorporado barcos mayores, de hasta 110 metros de largo, con congelamiento a bordo.
Debemos desarrollar una " Conciencia Marítima", que nos permita
preservar y explotar estas riquezas, en beneficio de las generaciones presentes
y futuras.
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