El museo más
verde del mundo es el edificio de la Academia
de las Ciencias de California, una obra maestra de la arquitectura valorada
en $500 millones, que nace como un organismo vivo del terreno donde se ubica y,
a la vez, alardea con lo mejor de las innovaciones técnicas, materiales
reciclados y diseño bioclimático.
En tan solo cinco meses desde su inauguración ha alcanzado un millón de visitantes.
El espacio es simplemente sorprendente. Captura la atención su “techo vivo” de10.000 metros cuadrados
que consiste en siete montículos poblados de pasto y de flores autóctonas.
En tan solo cinco meses desde su inauguración ha alcanzado un millón de visitantes.
El espacio es simplemente sorprendente. Captura la atención su “techo vivo” de
Esta cubierta
integra 60.000 paneles para capturar la luz solar y que reduce en un 15% el
consumo de energía del edificio.
El techo
favorece el ingreso y salida de aire frío y caliente desde la estructura hacia
afuera y, viceversa por lo que no se requiere de aire acondicionado. Además,
permite que el 90% de las oficinas interiores se iluminen con la luz del sol,
lo que favorece la salud de sus trabajadores.
Por si fuera
poco, el “techo viviente” sirve para recuperar unos 13 millones de litros de
agua llovida al año, líquido que se usa en inodoros y para regar el jardín.
Dentro de las
paredes hay miles de jeans viejos que aislan el sonido entre cada sala. Además,
oasis de bosque tropical se combinan con exposiciones sobre el cambio climático
en California y la evolución de las especies en Madagascar y en las islas
Galápagos.
Por si fuera
poco, los cristales de las ventanas del edificio permiten que los diferentes
tonos de la luz pasen directamente y transformen las estancias conforme pasan
las horas y también las estaciones. Estos cristales fueron fabricados con bajo
contenido de hierro para evitar la tonalidad verdosa que este le da al vidrio.
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