07 julio, 2011

Querido Planeta, cómo te ayudo!

Son las 7 de la mañana y me levanto con entusiasmo para empezar un nuevo día. Entro al baño y al abrir el grifo un fresco chorro de agua clara, me ayuda a despertar del todo y prepararme para empezar las tareas. Sentada en la galería, ante una humeante y fragante taza de café, observo el cielo puro y claro teñido de tonos rosados y dorados por los primeros rayos de sol.
El aire a esa hora es fresco y agradable, y el aroma del césped recién cortado y mojado por el rocío satura el ambiente. Donde se puede estar mejor para empezar el día …
Tomo el diario y ya de sólo mirar las primeras imágenes y los titulares, mi ánimo cambia y mi rincón pierde el encanto, como en una mala película donde la orquesta que esta tocando una melodía agradable de repente desentona produciendo acuerdos desagradables,
Ver las nevadas en China, donde se produce el invierno más frío de los últimos 50 años, las inundaciones en Bolivia con miles de evacuados, tornados en Estados Unidos con daños incalculables, suba de mareas, caza de ballenas en los mares internacionales por buques japoneses .. y aún no lo se abrió!
En una sola página, una al lado de la otra las noticias de atropellos al medio ambiente y de las consecuencia de faltar tanto el respeto a la naturaleza, son la muestra actualizada que estamos en un punto de no retorno, donde hemos de actuar para revertir los que se pueda, minimizar el irreparable y no seguir causando daño.
¿Quiénes son los causantes de todo este desastre ecológico? ¿Quién tiene el poder de dañar lo que pertenece a toda la humanidad impunemente y en nombre de que causa?
Política, dinero, negociados, codicia, ineptitud, indiferencia, estupidez, pueden ser algunas de las razones por las que se negocia, se depreda y se degrada a la naturaleza, dejando a las generaciones futuras, sin un medio sano donde vivir. Grandes empresas, políticos ignorantes y corruptos, trenzas económicas y mafias de todo tipo, son causantes de los grandes desastres, pero debemos reconocer que hagan lo que hagan, tengan lo que tengan o sean el poderoso que sean, el medio ambiente es uno solo para todos y si se daña irremediablemente todos nos veremos afectados.
Sentada ante mi café, a estas alturas ya ni tan humeante ni tan fragante, siento la impotencia de saber que a esa hora en muchos lugares, muchas personas continúan de manera constante realizando tareas que son las que producen daño, y, o no son conscientes, o no toman peso de las consecuencias de sus actos, o cegados por la avidez de poder y dinero siguen adelante sin importar que.
Ahora, todos podemos hacer algo para cuidar el planeta. Y creo que la información y la educación pueden ayudar a que todos y cada uno de nosotros podamos llevar adelante acciones para proteger el medio ambiente directa e indirectamente.
Ante todo debemos formar hábitos amigables con nuestro entorno y con la naturaleza. Con acciones simples sentiremos que estamos colaborando y realmente estaremos cuidando nuestro planeta.
Es imposible de la noche a la mañana conseguir cambios significativos, pero siempre para conseguir algo hay que hacer un primer paso. Una forma de sentir que uno esta colaborando es con pequeños gestos que aunque parecen insignificantes, tiene importancia practicados en el tiempo y por cada vez más personas.
Si todos nos damos cuenta de lo importante que es tomar conciencia del tema a nivel individual, empezaremos a ganar a corporaciones y gobiernos.
Personalmente agradezco que haya personas y organizaciones que porfiadamente luchan por hacerse escuchar. Espero que en un futuro pueda explicar a mis nietos que viví la etapa del gran cambio, que vi cómo se empezó a respetar nuestro planeta y que fui un minúsculo granito de arena que hizo su también. Espero poder hablar con ellos en pasado del tema de la contaminación, que por entonces sean hechos muy aislados y castigados. Espero poder sentarse en esta misma galería para disfrutar con ellos de este mismo aire cristalino, el cielo maravilloso y los mismos aromas que siento en este momento, mientras disfrutamos de una humeante y fragante taza de café.

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