Ante la necesidad imperiosa de
explicarnos la complejidad, maravilla y misterio de la vida, la especie humana
ha atribuido características de lo conocido a lo desconocido, como por ejemplo,
las mujeres son las únicas capaces de dar vida y juega un papel primordial como
proveedoras y protectoras de sus crías, para asegurar la descendencia de los
genes del clan en la
Tierra. Por ello, la mujer simboliza la maternidad y la
fertilidad.
A partir de ello, la Tierra , percibida como el
ser dador de vida, capaz de concebir y alimentar a sus hijos, fue concebida por
los pueblos ancestrales como un ser femenino a la que llamaron Madre Tierra,
porque es capaz de brindar el regalo de la vida a la humanidad entera a través
de la fertilidad del suelo; pero que también, como toda buena madre, es capaz
de aplicar castigos a nuestros excesos en forma de tormentas, terremotos,
huracanes, tornados, tsunamis, inundaciones y todos los fenómenos
meteorológicos que acarrean destrucción y muerte.
El 21 de diciembre de 2010, por
una iniciativa de Evo Morales Ayma, Presidente Constitucional del Estado
Plurinacional de Bolivia, se aprobó la
Ley de Derechos de la Madre Tierra , en lo que constituye la primer
propuesta legislativa formal que da un estatus de sujeto al Planeta, que hasta
ahora había sido legalmente considerado como un objeto, si bien la ciencia no
ha sido capaz de comprobar la hipótesis de que es, en efecto, un ser vivo con
conciencia propia , a pesar de que los pueblos ancestrales de América y de
otras partes del mundo siempre la han percibido como tal.
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